Crónica – PLACEBO en Joy Eslava (Madrid 5 julio 2012)

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Por Pablo Rubio

Han pasado ya unos cuantos años desde que un grupo llamado Placebo comenzara a tomar más y más peso en la escena española gracias a una presencia casi constante en festivales nacionales como el FIB o el Lowcost. Liderados por un cantante y frontman tan único como andrógino, no es de extrañar que fueran apadrinados por el mismísimo Bowie, rey indiscutible del transformismo escénico y musical desde el principio de su carrera. Aunque desde la salida de su último disco “Battle For The Sun” ya hayan pasado tres años, se podría decir que Placebo no se han tomado prácticamente ni un descanso desde su nacimiento en 1994. De hecho es precisamente eso lo que les ha hecho consolidarse como un grupo capaz de llenar estadios como el de Wembley. Sin embargo, el concierto de esta tarde estaba radicalmente alejado de este concepto.

En la sala Joy Eslava, con un aforo mucho más reducido y en un evento promocional patrocinado por una conocida multinacional automovilística, Placebo presentaban una vez más sus temas ante su público español; o mejor dicho, ante los afortunados ganadores de unas invitaciones para un evento del que no se puso en venta ni una sola entrada en taquilla. Las puertas se abrieron puntuales y una gran plantilla de camareros y azafatas se encargaron de ofrecer a los asistentes un gran surtido de comida y bebida, barra libre incluida, que no lograron distraer demasiado, aunque si agradar, a un público que afortunadamente estaba más centrado en el espectáculo que venía a ver que en llenarse el estómago.

Alrededor de las nueve y media, y tras un spot del producto estrella proyectado en el escenario que solo logró captar el interés a ráfagas de algunos de los asistentes por su excesiva duración, la formación británica invadía el escenario. Sin preámbulos, la banda abrió su concierto con los primeros acordes de “Kitty Litter”, seguida de una mucho más coreada “For what it’s worth”. Sobre el escenario se vislumbraban el gigantesco set de batería del miembro más reciente, el americano Steve Forrest, y dos gigantescas pantallas Marshall junto a sus correspondientes cabezales. La aparentemente infinita colección de guitarras de Brian se situaba en los laterales y se conectaban a un mucho más modesto combo fender y para el bajo, tocado en algunas ocasiones por Stefan, y en otras por uno de los tres músicos de apoyo que llevan, se levantaba un gigantesco equipo ampeg que acompañaba en posición y tamaño a las Marshall. Tal vez fue este material, ideal para las giras por estadios a los que Placebo está habituado, pero más que excesivo para una sala de las características de Joy los principales causantes de un sonido nada definido donde desgraciadamente ningún instrumento,voz ni matiz se distinguía con claridad. Tras una bien acogida “Battle for the sun”, Brian se dirigió al público en un español más que aceptable para presentar “Ashtray Heart”, un tema de su último disco con parte del estribillo en español que ninguno de los asistentes renunció a corear. También criticó al sector del público más pendiente de sacar fotos que de disfrutar del show llamándolos “cíclopes” y comentó con cierta sorna al ver una pancarta en la que estaba escrito “Madrid” que a pesar de haber consumido drogas en el pasado, sabía en qué ciudad se encontraba tocando.

A pesar de que los asistentes se iban calentando y metiendo en ambiente más y más a cada minuto, la banda se mostraba sobria e incluso en ocasiones algo fría, dando la impresión de estar más “cumpliendo” con su papel que disfrutando sobre el escenario. Los técnicos colgaban una guitarra distinta sobre los hombros de Stefan y Brian prácticamente en cada canción, y éste último aplicaba tantos cambios y variaciones en las líneas de voz de los temas como podía, en lo que podría parecer un intento desesperado de amenizar unas canciones que a estas alturas les resultan ya repetitivas a ambos miembros fundadores. Steven en contraste se mostró mucho más enérgico durante todo el show, cumpliendo sobresalientemente con su papel detrás del set.

A “Ashtray heart” le siguieron temas más clásicos de la banda como “Soulmates never die”, “Every me and every you” y “Special needs”, hasta cerrar un setlist de catorce canciones con la enérgica “The Bitter End”. Pocos minutos después de retirarse, regresaron para ofrecer un bis de tres temas más que marcó definitivamente el broche final del espectáculo con un jam caracterizado por unos frenéticos redobles de batería y los acoples de la guitarra de Brian, coloreados por su colección de pedales de efectos. Después de esto, Placebo; sus tres miembros oficiales y los tres músicos acompañantes, despidieron a los asistentes con una reverencia conjunta y se retiraron con la misma rotundidad con la que habían salieron al escenario una hora y media antes.

El repertorio fue un recorrido más que decente por lo mejor de la historia de la banda, incluyendo los mejores temas de álbumes tan emblemáticos como “Sleeping with Ghosts” o “Without You I’m Nothing” y a pesar del caótico sonido es siempre un lujo poder ver a un grupo de este calibre tan de cerca. Sin embargo, aun habiendo cumplido, es evidente que a Placebo le faltó algo de energía y actitud esta noche.

¿Se están aburriendo Placebo de ser Placebo o es que simplemente los años nos pasan factura a todos? Esperemos que no se trate de ninguna de las dos y que un nuevo disco, con nuevas canciones sea el pequeño empujón que necesitan Brian y los suyos para recobrar esa energía que los caracterizaba en sus etapas anteriores.

Setlist:

 

Kitty Litter

For What It’s Worth

Battle for the Sun

Ashtray Heart

Soulmates

Every You Every Me

Special Needs

Speak In Tongues

Black-Eyed

Meds

Bright Lights

Teenage Angst

Song to Say Goodbye

The Bitter End

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