Upupayāma (el apodo del multiinstrumentista italiano Alessio Ferrari) publicó su tercer álbum ‘Mount Elephant’ con el sello Fuzz Club…
La psicodelia orgánica de Mount Elephant se inspira en la música tradicional de Bután, la música disco tailandesa y la psicología de Anatolia, a través del acid-folk lisérgico, el kosmische de los 70 y el stoner-rock. A la deriva y pastoral como siempre, también hay momentos más rítmicos y bailables, así como ocasionales momentos de fuzz pesado.
‘Moon Needs The Owl’ es un ritmo psicodélico de discoteca mundial que se eleva en su primera mitad antes de desvanecerse lentamente en una neblina sublime y sinuosa. En la canción, Ferrari dice: “Esta canción está ambientada en una discoteca tailandesa de los años 70, con toda esa gente rompiendo cosas (me grabé rompiendo botellas de vino vacías), jugando, divirtiéndose y riendo, luego la noche da paso al amanecer y todos caminan a casa”.
Sobre el álbum recién publicado, agrega: “Mount Elephant nació de la necesidad de escuchar. Escuchar el silencio mientras observas las flores, mientras mueves las manos al viento, escuchar tu cuerpo mientras bailas. Si en mi primer disco (‘Upupayāma’) había recorrido un lugar a lo largo y ancho, en el segundo (‘The Golden Pond’) había llegado a uno y me había detenido allí, en este tercer disco volví a emprender, atravesando un frontera y entrar en un lugar largamente soñado que finalmente pude ‘ver con mis propios ojos’”.
Una banda de seis integrantes en vivo, donde las cosas adoptan un enfoque cada vez más basado en la improvisación, en las grabaciones Ferrari escribe, toca y graba todo él mismo: guitarras, teclados, flauta, sitar, erhu y un arsenal de percusión. Las grabaciones se grabaron a lo largo del tiempo en el estudio del granero de la casa de Ferrari en un pequeño pueblo de montaña con vista a la ciudad de Parma, antes de ser mezcladas por Chris Smith en Kluster Sounds (Kikagaku Moyo, Wax Machine).
“Musicalmente hablando me parece un disco paradójico porque, aunque usa mucho más fuzz que los discos anteriores, me parece un disco más relajado y con más ritmo. Usé mucha más percusión que antes, como congas, bongos y cencerros, y los uso de una manera más libre y lúdica.
No soporto que la gente diga ‘es un disco más maduro, etc’, no le encuentro ningún sentido, parece que estamos en este planeta para madurar como manzanas o tomates. Al contrario, creo que Mount Elephant es un disco mucho más infantil que los dos primeros y estoy muy orgulloso de ello”.