
Las chicas del Roxy
Algunos ya lo teníamos en la lista de causas perdidas. Matando (de aburrimiento) el tiempo con su obsesión mal asimilada por Dylan, a Bryan Ferry ya no le olía el aliento, sencillamente porque parecía no quedarle ni un ápice para espantar el fantasma del cliché que le ha acosado desde que «Avalon» puso punto y… Sigue leyendo