Las noticias más dicharacheras de la semana

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Hoy que tenemos noche de Halloween comenzamos con un noticia casi terrorífica, a tenor de cómo ha quedado el careto de Steven Tyler tras caerse en la ducha de su hotel en Asunción, Paraguay. El cantante de Aerosmith fue ingresado en un hospital de la zona, lo que obligó a la postergación del concierto previsto. Fue dado de alta después de casi cuatro horas tras practicársele sutura de heridas, estudios diagnósticos y procedimientos odontológicos de urgencia. Él jura y perjura que estaba sobrio cuando «resbaló».

Seguimos con U2, que aseguran que necesitan «varios hits de éxito para sobrevivir».

‘Get On Your Boots’, primer single de su último trabajo, “No Line On The Horizon” (2009), entró en el Top 10, pero el resto de singles no lograron entrar ni en el Top 20. Según Bono, han estado durante los últimos veinte años al borde de la irrelevancia. “Queda por ver si podemos tocar música para los pequeños altavoces de la radio o clubes o donde la gente esté viviendo en este momento. Tenemos que ir a ese lugar de nuevo si queremos sobrevivir”.

Los linchables Jedward han amenazado con volver a las andadas y presentarse a Eurovisión en representación de Irlanda.

Al pseudocantante Usher le ha puesto en su sitio una señora. Al parecer, él aparcó su coche en una zona prohibida en el Five Points Halloween Parade de Atlanta, y se ella se le acercó para decirle que se moviese de allí. No se sabe qué le contestó, pero la buena mujer agitó una lata de cerveza y se la abrió en la cara a través de la ventanilla.

Blink-182 han comentado, al respecto de su vapuleado nuevo trabajo, que «parece como si ningún disco que hubiésemos hecho hubiera gustado». De hecho, dicen que «no estamos seguros de que a alguien le importe nuestra reunión».

La que han liado los fans indios de Metallica. El sábado se suspendió el que iba a ser su primer concierto en el país, y los seguidores de la banda arrasaron con todo en el pabellón Gurgaon de Nueva Delhi.

Terminamos con Fatboy Slim, que ha reconocido que «tenía miedo de no poder pinchar sobrio», tras volver a las pistas de baile después de su rehabilitación.

El lunes que viene, más cachondeo.

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