Las noticias más dicharacheras de la semana

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Esta semana comenzamos con los Black Keys, que se han marcado una promoción de lo más tronchante con el gran Saul Goodman de «Breaking Bad» (por cierto, qué pedazo de serie, el final de la última temporada ha sido para quitarse el sombrero) anunciando la salida de su disco «El Camino», como si fuera un coche.

Seguimos con Billy Corgan, que acaba de anunciar que se pasa a la lucha librecomo promotor,  guionista y cara reconocible en los medios de comunicación de Resistance Pro, nueva compañía vinculada a este “deporte”. El músico será el encargado de escribir los guiones para los eventos de lucha libre que se organicen. «Decidimos montar nuestra propia promotora y vamos a intentar devolver (a la lucha libre) a sus días de gloria», señala el músico, que ha bautizado su cita de estreno como ‘Black Friday’ (Viernes Negro).

Los fans de Nirvana han lanzado una campaña en Facebook para que la reedición de “Smells Like Teen Spirit” –que no está vendiendo todo lo bien que se esperaba- llegue al número 1 las próximas navidades, y así supere al ganador del X-Factor de este año.

Paul McCartney se portó como un gamberrete en su boda. O al menos así lo comunicaron sus vecinos a la policía, que tuvo que acudir al evento para ordenar al ex Beatle que bajara el volumen de la música en su fiesta.

Seguimos con los Beatles, a los que ha alcanzado la crisis. Una subasta de objetos de los Fab Four celebrada en Argentina no ha cumplido con las expectativas de los organizadores, ya que casi dos tercios de los 122 lotes ofertados, entre ellos los que incluían las piezas más destacadas, se quedaron sin comprador. Ninguna de las cuatro guitarras firmadas por todos o alguno de los integrantes del cuarteto de Liverpool, cuyos precios de partida oscilaban entre los 40.000 y los 85.000 pesos (entre 9.434 y 20.047 dólares), recibieron puja. Tampoco hubo oferta alguna para el objeto más preciado de la subasta, un dibujo realizado y firmado por John Lennon

Por mucho que quiera sentar la cabeza, a Pete Doherty le llueven los quebraderos de cabeza por sus idas de olla pasadas. Al parecer va a tener que pagar cientos de miles de euros por el accidente que tuvo en 2009 en Suffolk, Inglaterra, ya que su manager, Andrew Boyd, conducía sin seguro. Al menos, la justicia alemana le ha dado un respiro: dice que no pudo participar en el robo tras el que fue detenido, “porque estaba demasiado borracho”.

“We will rock you”, declarada la canción más pegadiza de la historia. Y nosotros nos preguntamos: ¿pegadiza es sólo que se te quede el tum-tum-pá? ¿no son pegadizas las canciones cuya letra se te queda clavada en el cerebro. Porque, ¿quién se sabe la letra de este tema?

Otra de Queen, pero mucho más bestia: Brian May asegura que están pensando en fichar a Lady Gaga como cantante del grupo. Y no es coña.

Los hermanos de Mickael Jackson todavía siguen insatisfechos con el expolio a su memoria, y han anuciado que organizarán ¡otro! concierto de homenaje, el próximo diciembre en Japón.

Un estudio realizado por investigadores de Rice y la Universidad de Duke revela que el DRM (los sistemas de protección de derechos digitales) no consiguen impedir la descarga de música ni garantizar la protección de derechos en la era digital. La ausencia de este sistema de protección favorecería al consumidor y a los distribuidores, disminuyendo la piratería, pero según han informado los investigadores de este análisis, «sólo los usuarios legales pagan el precio y sufren las restricciones» del DRM, ya que aquellos «usuarios ilegales no se ven afectados» porque hay quien se encarga de desbloquear la protección sin demasiado esfuerzo y el producto final pirata «no tiene restricciones». Menudo notición, ¿eh?

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