«Somos una pataleta de criollos, pero gritamos con la voz de L’Overture. Y lo que es más importante, nos la creemos profundamente». Así se describen a sí mismos estos tres músicos madrileños que nos hicieron llegar su primer disco, «Glints. Gales».
Lo primero, disculparnos con el trío por nuestra tardanza en hablar de ellos (aprovechamos para mandar una disculpa a las docenas de bandas que nos mandan su material, intentamos hacer todo lo que podemos!), y lo segundo, felicitarles por tan excelente trabajo. Pues aunque evidencia que aún hay margen para consolidar la propuesta, se trata de un debut de los que dejan huella.
El nombre del grupo nos ha encantado (aunque Mamut, a secas y en castellano, se nos antoja que sería incluso más molón) y le va de perlas a esta máquina de rock pesado y rotundo, con cierto aire a Metallica («Child») pero también a referencias clave del stoner como Kyuss («Face to face») y del grunge más emocional como Alice in Chains («Sand is not for sailing»), sin dejar de subir y bajar entre querencias acústicas relajantes («Camino») y tontear con el sludge metal («Uglah») . No sorprende en absoluto, por tanto, la elección de Manuel Cabezalí (Havalina) como encargado de las mezclas de este disco de debut, editado por una múltiple alianza de sellos: Aladeriva Records, Aneurisma Records, La Malvada Ediciones, Monasterio de Cultura y Nooirax Producciones.
