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Crónica del festival PAREDES DE COURA, día por día y banda por banda

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Nuestro gran amigo Jesús «Bacon» se pasó por el eventazo portugués y nos regaló esta pedazo de crónica, día por día, banda por banda, conclusión por conclusión. El cartel era bastante espectacular y, en líneas generales, no decepcionó. Repasa lo que dio de sí el Paredes de Coura y descubre quiénes fueron los triunfadores.

DIA 1.

A las 19.00 en punto inaguraba en el escenario principal del Paredes de Coura: Gala Drop.

Las pocas colas y la excelente organización para poner las pulseras, nos permitieron a pesar de llegar un poco justos ver todo el concierto de los británicos. Una especie de reggae instrumental y electrónico, donde la percusión y el bajo eran los protagonistas y a falta de vocalista, los riffs de guitarra que se mezclaban con los ritmos africanos hacían las veces de voz.

Buen comienzo y buen grupo. Que a  nadie le dé pena habérselo perdido, a parir de ahora estarán en muchos festivales animando el cotarro desde primera hora de la tarde. Eso seguro.

Conclusión: Excelente grupo inagural. Te encantará escucharlo en casa. A la larga tendrán que introducir un vocalista, coros o similar.

El siguiente grupo del día fue Ceremony. Luciendo tatuajes y descamisado desde el primer momento, un muy cansado Ross Farrar, como el mismo reconoció, por ser último concierto de la gira, se afanaba en pelear a pecho descubierto contra molinos de viento.

Lo intentaron, pero su rock potente y directo no terminaba de cuajar, tampoco terminaban de llevarte a la atmosfera gris a la que pretendían.

Conclusión: No querrás un disco suyo. No sabrías que hacer con él.

A las 22.00 y ante un anfiteatro ya en pie y hordas de gente llegando desde los accesos,  empezaban los británicos Blood Red Shoes, 2 cantantes, chica y chico, él a la batería, ella a la guitarra, nada más. Letras directas y potentes. Él mejor que ella. Cuando sus dos voces se mezclaban el experimento no funcionaba. Él llevaba el peso del directo y por momentos empezaba a flaquear. Lógico.

Conclusión: Poco que rascar, la verdad. Ningún hit y poca consistencia.

LLenazo. Arboles por encima del escenario iluminados. Buena temperatura, motores en caliente. Y empezaba el concierto de Slowdive.

Gran puesta en escena y dispuestos a ofrecer lo mejor de sí mismos. Y así fue. La melancólica voz de Neil Halstead con sus pausas y sentimiento, pusieron el corazón en puño a más de uno. Rachel Goswell menos acertada, le daba cierto toque épico al evento. Gran actuación y ovación cerrada.

Conclusión: Aunque no ofrecen de verdad nada nuevo, se agradece la delicadeza y la calidad. Bien.

Último concierto de la noche. Cabeza de cartel. TV on the Radio. Máxima expectación por ver a los neoyorkinos en acción. Pero poco duró la emoción. A pesar de los esfuerzos de un voluntarioso Babatunde, una vez despachados los temas Happy idiot y Wolf like me, todo se fue diluyendo como un azucarillo, incluso se hizo un poco pesado.

Conclusión: Pienso para hipsters?

DIA 2.

El segundo día de conciertos prometía, después de la primera jornada donde no se vió nada realmente interesante, parecía que si esta noche fallaba, algo iba a ir mal…

El primer concierto al que asistimos, que no el primero del día, fue White Fence, eran las 21.00 horas y se notaba una mayor afluencia de público que el día anterior. Timothy  Presley, cantante de White Fence y su grupo calentaban los motores de la noche. Buen sonido y buen concierto. Lo que no sabíamos a esas horas, era que la formación, desde el escenario pequeño estaba teloneando o abriendo las puertas de una abarrotada plaza en la que iba a darse una autentica faena con tres primeros espadas en  su mejor momento de gloria.

Conclusión: Buen grupo, buen directo.

Honey bear, Honey bear! Nos llamaba Father John Misty a filas, (a partir de ayer padre Juan).

Increíble derroche de potencia, manejando los tiempos de las canciones con una maestría sólo al alcance de los más grandes. Botas, pitillos, barba y pelo largo. Presencia y mucha ciencia la que derrochó el padre Juan. Nos llevó a todos y sobre todo, a todas, al huerto y si se hubiera bajado del escenario, y no sólo para coger el móvil de una chica con una aplicación de una vela encendida y grabar al público, sino para que nos fuéramos detrás de él y nos hubiéramos tirado al río, lo hubiéramos hecho sin dudarlo.

De rodillas y de pie, girando, sujetándose la melena e implorando por nuestro amor, se pasó la hora del concierto. Hora que ya había hecho bueno el viaje hasta el idílico Paredes de Coura

Conclusión: Gracias John por esa hora, por las que nos diste con Fleet Foxes y por las que nos darás.

La verdad, es que volver al escenario pequeño daba cierta pereza, pero Ice Age hicieron que rápidamente esa pereza desapareciera. Oscuridad y calidad, la que nos dejaba la banda.

Conclusión: Muy, muy buenos.

El público, que en su mayoría no se movió de la explanada, se preparaba para escuchar a un para mí totalmente desconocido The Legendary Tigerman. Gafas de sol, botas de serpiente y camisa negra. Este one man blues-rock band nos dejó a todos boquiabiertos. Bueno, a todos no, los portugueses ya le conocían. Impresionante artista. Siempre acompañado de su saxofonista, hacía y deshacía, iba y volvía, mantenían entre los dos largas conversaciones y la guitarra le decía al saxo: Viva Portugal y Viva el Rock and Roll. Y este le respondía Viva!

Conclusión: Uno de los descubrimientos más grandes de los últimos años. Paulo Furtado, ya eres leyenda en Portugal y espero que dentro de poco lo seas también en España. Te esperamos.

Era hora de refrescarse un poco el gaznate y comentar la jugada de lo que habíamos visto hasta ahora, todos estábamos de acuerdo en que nuestros pies ya no pisaban el suelo.

De repente, pasó. Nada más y nada menos que una de las mayores experiencias vitales de lo que hasta ese momento eran nuestras insignificantes vidas.

Tame Impala conectó desde el primer acorde con cada una de las 40.000 almas que en ese momento abarrotaban, sin atreverse a decir ni media palabra, el anfiteatro del escenario principal.

Una obra de arte de principio a fin. Sin alardes, sin adornos. Música, de la mejor hasta ahora hecha en el planeta Tierra. El último disco se mezclaba con los anteriores sin ningún tipo de problemas. Cause I´m a man, seguida de Elephant, daba igual. Podría haber estado 3 horas más haciendo lo que sabe hacer, lo que le brota de forma natural. Sin despeinarse.

Parecía como si tan solo retrocediéramos. O eso deseábamos, pero como no es posible nos bastó con detener el tiempo y saborear el delirio tan sólo por un momento. Let it happen.

Conclusión: Hoy siento que presencié algo mágico y único, como alguien que ayer viera a Mozart en la Ópera de Viena, hace ya tiempo atrás.

No debería estar permitido escribir más después de lo que hizo ayer Kevin Parker sobre el escenario, pero debo hacerlo.

Mirror People, pareja de artistas, electrónica de la buena. Él de pie mirando fijamente la mesa de mezclas, ella inmiscuyéndose con su voz de elegante forma entre los sintetizadores. Enormes, no pudimos parar de bailar.

Conclusión: Muy buenos, no les perderé de vista. Si actúan en tu ciudad, ve con tus amigos.

DIA 3

Queríamos llegar para ver la única representación española del festival. Grupo de expertos sol y nieve. Lo hicimos por los pelos, pero allí estuvimos, dando a apoyo a los de Granada. El cantante de los Planetas y miembros de Lagartija Nick y Lori Meyers se lo pasaban muy bien sobre el escenario y nos lo hacían pasar bien a nosotros.

Conclusión: Buena forma de empezar la tarde. Unas letras poco serias le quitaban importancia al asunto.

Todavía de día y ya en el escenario principal Allah Las, los californianos con su buen hacer encandilaban con su elegancia, ejecución y armonía. Sin embargo, un pero al festival, los últimos 15 minutos del concierto se vieron empañados por los sonidos graves procedentes del otro escenario, donde Waxahatchee empezaban a tocar.

Conclusión: Aires retro para pasar una buena tarde.

Con la voz de alguien que quiere morir joven, aunque ya no es un chaval, nos anunciaba Mark Lanegan que su color es el negro y que negro es su nombre. Y así fue el concierto, negro tirando a gris.

Conclusión: No defraudó.

De vuelta al escenario pequeño, una agradabilísima sorpresa. Merchandise. Crearon una atmosfera grunge que todos agradecimos. Gran voz y compenetración.

Conclusión: Estos americanos llegarán lejos.

Are you ready for the party??? Se oia desde el escenario principal donde una amigo presentaba al bueno de Charles Bradley, y entonces salió él, repartiendo besos y amor a diestro y siniestro.

Por aquel entonces, todos apestábamos tanto a campo que un viaje a las sucias calles de Nueva York, por donde deambular por oscuros tugurios y bailar sin parar con las trompetas y saxos de los amigos de Charles, era lo que necesitábamos sin duda.

Charlie, sudando a borbotones acabó reptando por el suelo hasta bajar del escenario y abrazar a todo el mundo.

Conclusión: Grande Charlie, te queremos. Gran evento, no fue la fiesta funky que se venía anunciando. Bradley en estado puro.

Nadie se movió, aunque las piernas pesaban y había ya muchísima gente sentada. The war on drugs estaba a punto de empezar y ni los que más bailaron la noche anterior querían perdérselo.

Excelente sonido, parco en palabras, Adam empezó a despachar con una elegantísima ejecución todos los temas de su último disco.

Conclusión: Y así llegamos con los ojos rojos al final de nuestro día y abandonando el recinto con un regusto a buena música.

DIA 4

Último día de festival. El cansancio, la resaca y la decepción por algún que otro concierto del día anterior se esfumaron nada más oír los primeros acordes  de Woods. El día no podía empezar mejor, y los neoyorkinos iban dejando sonar sus pequeños himnos de tarde.

Conclusión: With light and with love, era lo que mejor describía lo que estaba pasando en el escenario principal. Bravo.

Una cervecita en el otro escenario y Silvan Esso. Fórmula ya vista en el festival. Mesa de mezclas, para él. Micrófono para ella. Buena música electrónica desde primera hora.

Conclusión: Necesario y acertado. Gustaron.

Otro plato fuerte y ambiente de auténtica expectación. Temples empezaban a afinar sus instrumentos. Aunque parecía que los tenían afinados desde los 70 y que estaban deseando salir y mostrar todo lo que se venían guardando, hasta un par de canciones inéditas en mitad del repertorio. El Sun structures sonó de principio a fin.

Conclusión: Magistral y sublime al mismo tiempo.

En los cuatro días que venía durando el festival, nunca estuvo tan abarrotado el escenario pequeño. Los ecos de los botes de las primeras filas retumbando en todo el recinto. Nada más empezar a sonar el bombo de la batería, nos daban la seguridad de que Ty Segall ya había empezando a hacer de las suyas. El personal sólo podía ir acercando más y más para ver las genialidades de este grupo. Fuzz reventaban el festival a golpe de bombo y platos. Ty, en lo más alto dictaba a Chad y Charlie como se engancha al punk a todo aquel que pasaba por allí. Cuando pensábamos que lo que estábamos escuchando era ruido magistralmente canalizado, caímos en la cuenta de que lo que parecía un auténtico temazo era en realidad uno de los mejores solos de batería que yo haya contemplado hasta ahora. El hechizo duró más de quince minutos. Uno de los momentos más grandes del festival.

Conclusión: Ovación cerrada. Alucinante. El que este grupo haya estado allí, ese día, a esa hora, haciendo eso, habla por sí solo, de que quien ha organizado este jaleo, sabe sin duda lo que hace. Gracias.

Se llamaba a la lluvia, y la lluvia hizo acto de presencia, justo en el momento en que Likke Li se subía al escenario.

Rápidamente, las gotas, que sólo querían seguir ríos, desparecieron, haciendo más épico el comienzo del concierto. Buena presencia y buena voz.

Conclusión: No defraudó la sueca, aunque pasada la primera media hora, los ritmos cortantes se fueron haciendo más continuos y espesos.

Ya nadie se quería ir, sin ver a lo que se anunció como un cabeza de cartel. Ratatat. Sorprendentes y bizarras proyecciones acompañaban los samplers de estos neoyorkinos. Música de videojuegos para ponerle broche a un gran festival.

Conclusión: En ese escenario era ya difícil estar a la altura.

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