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Crónica de los conciertos de LOS BENGALA y RADIO BIRDMAN

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El jueves y el viernes pasado sometimos nuestros castigados cuerpos a un doblete de rock’n’roll con dos conciertos muy esperados: el de los aragoneses Los Bengala y el de los australianos Radio Birdman. El espíritu fue el mismo, pero no los resultados… En uno hubo poca gente, poca leyenda y muchísima frescura. En el otro fue exactamente al revés.

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Cuando el jueves llegamos a la sala Satisfaction no habia más de 20 personas esperando a que comenzara el show del dúo zaragozano. ¿Estamos locos o qué? Nos preguntamos.

Son una delicia pero quizá aún falte algo más de rodaje mediático para que la gente se entere de lo que se está perdiendo. Esperamos un poco a que llegara más gente, y cuando ya éramos unos treinta y cinco fans el concierto arrancó cargadísimo de adrenalina y buen rollo.

El dúo repasó su espectacular disco «Incluso Festivos» y presentó 3 o 4 temas nuevos con algo más de regusto clásico, tocando todo con una tremenda potencia y una empatía fantástica, tanto entre ellos como con el público.

Saben ser profesionales que van al grano, pero también son unos grandes showmen (el batería llegó a pasearse entre el público animando el cotarro como si estuviérmos en un festivalazo), muy cachondos pero sin la menor impostura.

Su actitud, su música, todo es convincente en ellos, la noche del jueves nos sentimos afortunados por estar allí, y acabamos un poquito más enamorados de su apuesta por el garaje salvaje pero con estilo y elegancia, con gusto, con conocimiento.

Al día siguiente acudimos a la sala Arena para el que quizá sería nuestro último encuentro con Radio Birdman -nunca se sabe-, con dos recuerdos en la memoria: el gran concierto que dieron en El Sol hace ya nueve añazos, y el flojísimo bolo de su banda hermana New Christs, en el Azkena de 2009. Podría decirse que el resultado fue una mezcla de ambos.

Los miembros del grupo estuvieron bastante a su bola durante casi todo el concierto, y Rob Younger fue el único que se afanó en mover el culo al respetable, con todo el ahínco que le permite la edad. Es cierto que en algunos tramos su rostro reflejaba una jornada de trabajo más, pero con solo unos destellos de lo que fue, este frontman puede hacer que te vengas arriba sin dudarlo.  «Do the pop» y otros clásicos sonaron como una apisonadora sónica -lo que hizo perder matices, sobre todo los concernientes a teclados-, y ya hacia el final del show versionaron «Shot by both sides» de Magazine, «TV Eye» de los Stooges y «You’re gonna miss me» de los 13th Floor Elevators, éstas dos últimas muy subidas de revoluciones.

Durante una hora y media pasamos un buen rato pese a la execrable política de precios de la sala, y ya en los bises, «Aloha Steve and Danno» desató la locura colectiva y todo adquirió el feeling esperado. Volvieron a marcharse sin tocar su himno, «New Race», pero los gritos de «¡Eeeee-Ho, Eeee-Ho!» los obligaron a salir para interpretarla como un cañón, dándonos un cierre que nos dejó más que astisfechos, pero con la conciencia de que no se puede exprimir ya mucho más a estos veteranos.

Como anécdota, contar que después nos dirigimos hacia la sala Satisfaction, donde el día anterior habían tocado Los Bengala, y había tres veces más público viendo a una banda de versiones, solvente pero poco más. Así que sí, estamos locos.

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