LAURENCE JONES, puro diamante en bruto (crónica del concierto en Boite Live, 21 abril)

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Martes, y encima con noche de champions. Normal que no acudiese mucha gente a ver tocar a chaval desconocido que llegaba a España por prierma vez desde el otro lado del océano. Aún así, unas 30 o 40 personas acudimos a la Boite Live atizados por la perspectiva de poder sentir el blues en la piel una vez más.

El trío que comanda Jones salió a escena y empezó a montar el show desde el minuto uno, sobre todo el bajista que tocaba un precioso music-man, que estuvo postureando en plan rock-star con su colega… hasta que vieron que tampoco es que nos hiciese mucha gracia.

Poco a poco se fueron centrando en lo suyo, en hacer buen blues-rock de alto tonelaje. Quizá nos encontramos con menos enjundia de la esperada, con algunos fragmentos muy estándar, con solos de guitarra muy técnicos pero sin demasiada mordiente. Pero eso sí, cuando la cosa cuajaba, era tremenda.

El bueno de Jones, que actuó como si la sala estuviese llena, arrimándose al público, arengándole y haciendo muecas de placer. Reversionó la versión que hizo Hendrix del  «All along the watchtower» de Bob Dylan, dedicó una balada a su tío recién fallecido (RIP), y estuvo especialmente brillante en «Thunder in the sky», que alargó hasta diez minutazos de extraordinaria jam que pudimos disfrutar cómodamente.

Lo de diamante en bruto no va solo por su juventud (22 añitos, aunque bien aprovechados porque en EEUU ya cuenta con varios premios en festivales de blues), sino porque su potencial podría estallar mucho más si se sumergiera en algunas aventurillas sónicas, que no tienen por qué alejarse del blues pero sí de los compases convencionales y previsibles.

Aún así, concierto de notable, sin duda.

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