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Entrevista con CHRIS ROBINSON BROTHERHOOD: «Me flipan Temples, White Fence y Tryptides»

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chris-robinson-brotherhoodEl buen sabor de boca que nos dejó esta conversación con Chris Robinson se parece mucho al que queda tras escuchar «Phosphorescent Harvest», una tercera entrega de la CRB extraordinariamente entusiasta, tan honesta y alegre como el propio discurso de su ilustre líder.  Y es que cuando tu banda (o al menos una de ellas) está en su mejor momento, el mundo es maravilloso.

Así lo ve también el propio Chris, que define el estado anímico de su hermandad con las palabras «excitación incontenible». Nunca, asegura, ninguno de sus miembros había hecho un disco como éste, tan desprejuiciado, tan chrislanzado y chispeante, tan sorprendente. ¿No escuchaste el primer adelanto? Pepinazo absoluto, «Shore Power» es un brutal space-boogie de alma funky que abre un álbum colorista, con sintes cósmicos de sonoridades no épicas o enteogénicas, sino muy golfas, descaradamente pícaras, traviesas («Jump the turnstile» o la rarísima “Humboldt Wind Chimes” que parece sacada de La Bola de Cristal son buenos ejemplos), que poco a poco va desplegando un amplio rango de atmósferas en el que termina imponiéndose un feeling entre nostálgico y gamberro que lo hace ideal para un viaje de vuelta del Azkena, ya sabéis, cuando las anécdotas van emergiendo de las lagunas de memoria y despiertan una tierna sonrisa malévola mientras conduces…

¿Cómo se siente la hermandad tras grabar este tercer disco tan diferente?

Sentimos que es el gran momento de la CRB hermano, es como una excitación incontenible. Cuanta más devoción y trabajo le ponemos, mejores resultados obtenemos. Parece que «Phosphorescent Harvest» está gustando, y ya estamos trabajando en nuevos temas. ¡La inspiración está con nosotros! Cuando llevas 25 años trabajando en este negocio, y compruebas que tu pasión por la música sigue intacta, y que aún puedes sorprenderte a ti mismo, es una satisfacción indescriptible.

¿Hubo algún planteamiento previo con el productor Thom Monahan?

Sí, absolutamente. Como sabrás, la CRB empezó como banda de directo. Dimos unos 120 conciertos, sin entrevistas, sin fotos, sin grabaciones, y cuando nos metimos a grabar teníamos una cantidad ingente de canciones a medio hacer. Por eso hicimos dos discos, que fueron publicados en momentos diferentes pero grabados en la misma sesión. Al terminar todo aquello y volver a salir de gira, Neal (Casal, guitarrista y co-autor de casi todo el repertorio) y yo empezamos a escribir y escribir en base a una idea que los dos consensuamos: hacer algo radicalmente diferente. Queríamos sonar más triposos, también más duros, y ese concepto creó una dinámica de composición completamente distinta. Todo esto ocurrió a lo largo de 2012, así que tuvimos tiempo de darle forma al concepto hablando con Thom para que cuando entráramos a grabar todo estuviera muy claro, sobre todo porque yo tenía que volver al tajo con los Black Crowes. La grabación de lo que es el esqueleto del álbum duró catorce días, entre enero y febrero del año pasado. Después se fueron añadiendo elementos, se hicieron las mezclas, etc… y desde entonces ha pasado un año.

Este disco es definitivamente más psicodélico. Pero es una psicodelia muy funky, más sureña en otros momentos, y sólo os entregáis al viaje astral en «Clear Blue Skies». Que por cierto, no sé si es un theremin o un sinte lo que suena al principio, y luego vaya trance final….

Es un sintetizador, un minimoog. La verdad es que es una de las canciones que mejor demuestra que en este disco, Neal y yo hemos tratado de evitar hacer temas de estrofa-puente-estribillo, estrofa-puente-estribillo. En ese sentido, cada vez estamos más interesados en las posibilidades que da la música electrónica, no la entendida como música de baile, sino como música atmosférica. Ese concepto abrió una puerta mágica en algunos momentos del disco, como en «Clear blue skies». Yo compuse esa parte del principio tan… no es onírica, es más como un estado de soñar despierto, y luego Neal cogió la canción y añadió el precioso fragmento instrumental del final. ¿No es genial? En muchas ocasiones el círculo de las canciones se cierra de esta manera tan ideal, así es esta banda ¡jaja!. No, hablo en serio. Somos una banda real, en la que todos tomamos decisiones y todas las aportaciones son tenidas en cuenta, en la que cada músico emplea su lenguaje propio con libertad. Mi nombre está en el nombre de la banda, pero sólo es para que la gente sepa que no somos otra banda local, sabes lo que quiero decir ¿no?

Por supuesto. Es llamativa la heterogeneidad del álbum… Por cierto ahora mismo re-escuchaba «Beggars Moon» y no sé por qué, pero me han venido a la cabeza The Doors. Qué tontería, ¿no?

¿En serio? ¿The Doors? Mola, mola. Me encantan The Doors. Quizá sea la batería la que da un poco ese feeling. John Densmore me parece el batería más infravalorado de la historia del rock.

Seguro que ha sido la batería, jeje. Porque tú no tienes nada en común con Morrison. ¿Con qué leyendas del micro te identificarías?

Wow, no lo sé (de repente al otro lado del teléfono se oye a su hija pidiendo atención, y a Chris diciendo «ahora no renacuajo, deja a papa, que está ocupado haciendo cosas de papá»). ¿Sabes? Es divertido, porque mi voz no se parece en nada a las de los cantantes por lo que me siento más influido: Otis Redding por supuesto, Charlie Rich, que para mí es el mejor cantante de soul de la historia, Steve Marriott, George Jones, Alex Chilton, Gram Parsons, Gene Clark, ¡oh, Gene Clark!, y especialmente Neil Young, que es el mejor de todos ellos ¡jajaja!

¿Te gusta Terry Reid? Porque él sí me parece extremadamente parecido a ti como cantante.

Sí, me encanta. No lo escuché de joven, lo descubrí no hace demasiado tiempo. ¿Sabes? Hace un par de años la CRB tocamos en un festival pequeño en Joshua Tree, ante sólo 200 o 300 personas, y cuando tocamos «That’s how strong my love is», ahí al lado del escenario estaba Terry Reid mirando nuestra actuación. Fue como «¡joder, qué bien!… Al parecer vive cerca, en Palm Desert.

¿Sientes que sigues creciendo como front-man con esta banda, al tocar también la guitarra aparte de cantar?

Es muy diferente a los Black Crowes por ese motivo. De hecho, con la CRB no me considero un front-man al uso, convencional. Pero es muy chulo, sí… en el escenario me lo tomo todo con mucha libertad. ¿Sabes que los fans de Black Crowes no vienen a vernos, y que a los fans de CRB no les gustan los Black Crowes? ¡Jajajaja! Es muy extraño, por supuesto, pero es así.Chris-Robinson-Brotherhood2

Pues me parece de lo más raro, ¿por qué crees que puede ser?

Creo que porque los Black Crowes son más oscuros, están más cabreados. Es más blues. Y con la CRB es más como folk del espacio exterior con un toque de barroquismo hippie.

Sí, el aspecto cósmico es muy importante en este disco. ¿Tú te sientes identificado con esos movimientos de “espiritualidad cósmica” y ese tipo de cosas? La meditación, el uso de drogas…

A mi manera, sí. Creo que ser capaces de comprender el universo y todos los seres vivos que lo habitan, o al menos de entenderlo de una manera diferente durante unas horas, es muy inspirador. Todo está mucho más conectado de lo que creemos. La meditación es sólo concentración, pero prefiero entender la meditación como música. En ese sentido, tampoco debería tomarme demasiado en serio a mí mismo, porque joder, soy sólo un músico, nada más. Los músicos llevamos miles de años intentando conectar al ser humano con emociones que tienen mucho que ver con todo esto, pero no hay que darse más protagonismo del necesario. Pero si para ello utilizas plantas mágicas, por ejemplo, debes ser consciente de tener la responsabilidad de hacerlo de un modo positivo, que no sea una mera broma lúdica. Pero tampoco como si fueras un salvador de la Humanidad, que va a hacer justicia cósmica con las multinacionales que destrozan el planeta… ¡jajaja! Hay que ser un poco más modesto, humilde y cercano cuando se habla de consciencia cósmica a los demás. Con esto no quiero decir que la esclavitud del capitalismo no sea algo real, lo es y mucho. Aunque ¡jajaja!, cuando el pueblo resiste pueden ocurrir grandes cosas, como lo que está ocurriendo en EE.UU. ahora mismo, hablando de plantas mágicas, con la marihuana. Tío, la gente está dejando de ir a la cárcel por ello, ¡empieza a ser legal!

A ver si se internacionaliza el asunto… Volviendo al disco, ¿le disteis muchas vueltas al orden del tracklist? Está muy bien equilibrado.

Muchísimas. Como amo los discos, me preocupo bastante por eso. El orden de las canciones es la bienvenida, la experiencia y el adiós a un nuevo mundo, así que debe ser coherente. Neal y yo pasamos horas y horas concretándolo, sentados en la barra de un restaurante mexicano.

cr1Se ha descrito este disco como una secuela del “Europe 72” de Grateful Dead, banda con la que has entablado una conexión especial, ¿qué te parece?

Me parece genial y me hace feliz, porque Grateful Dead es una parte muy importante de nuestro sonido, de nuestra vida, de nuestra escena, de nuestra familia casi podría decir. Para mí Grateful Dead es como una figura paternal, y me siento muy afortunado de haber podido trabajar con gente que fue parte de su historia.

Para ir terminando… ¿va a venir la CRB a España?

Bueno… no está claro, podríamos ir en invierno. Además, nuestros shows son especialmente largos, no sé cuánta gente en Madrid tendría tiempo de comerse unas setas para venir a vernos e ir al día siguiente a trabajar, ¡jajaja!

Pues mucha, Chris, mucha. El trabajo no abunda aquí.

Bueno, bien por vosotros y mal por vosotros.

¿Te gusta alguna banda española?

Mmm… que sea más o menos nueva, creo que no. Hace un par de años alguien me puso un grupo español de folk psicodélico que me gustó mucho, pero no podría acordarme de su nombre. ¿Me recomiendas algo?

Quizá fuera Cuchillo… Así a bote pronto, te diría que intentes escuchar el nuevo álbum de un tipo que se llama Julián Maeso. ¿Y en EE.UU., qué has descubierto últimamente?

Ok, apuntado. Mi banda favorita de ahora mismo es White Fence, sus discos son súper-cool. El último de Temples, que son británicos, es buenísimo. Otros norteamericanos que son geniales, y muy poco conocidos, son Tryptides. También me gustan mucho Midlake.

Jeje, como Fleet Foxes pero mejores, ¿no?

Mucho mejores. Fleet Foxes, tienen buenas canciones pero, jeje, esos sí que se tomaron a sí mismos demasiado en serio.

PUBLICADA POR NACHO SERRANO EN RUTA 66

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