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NOVEDADES CARMINHA, CUELLO, LOS WALLAS, BETUNIZER… los 4 mejores conciertos en Madrid en lo que va de año

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Parece mentira pero ya ha pasado volando el primer trimestre de 2014, tres meses en los que hemos visto en Madrid unos cuantos bolos de los que hay que dejar constancia. Ah, y por supuesto huelga decir que no están todos los que son, pero sí son todos los que están. Vaya si lo son…

El primero de ellos fue el de Cuello, ya saben, uno de los proyectos paralelos de José Guerrero (Betunizer), que presentó «Mi brazo que te sobre» el 17 de enero en Wurlitzer Ballroom con Rollescoaster Kills como teloneros. A estos apenas los vimos unos minutos, pero del show de Cuello no perdimos ojo. Fue muy espontáneo, directo a la mandíbula y sin florituras. Tremenda pegada, con una base rítmica que machacó sin piedad. Eso sí, una pega se le puede poner: el exceso de temas nuevos (del segundo disco que acaban de publicar, «Modo Eterno»), que ninguno de nosotros había oído, en el repertorio. Cuello están en ese momento en el que podrían tirar más para arriba cuidando algunos detalles como éste: yo acudí con algunos amigos que recién habían descubierto al grupo y empezaban a engancharse con las canciones de su debut. Y lo que para los fans más antiguos de la banda puede ser interesante (escuchar lo que está por venir), a los más nuevos (que eran unos cuantos aquella noche) les pudo parecer, y les pareció, algo menos disfrutable. De haber escuchado más temas del disco que conocían, hubieran salido de la Wurli más flipados y hubieran hablado del bolo durante días. Pero sólo les gustó, sin más. Cuando en realidad fue un gran concierto. Si la banda lee esto, obviamente puede interpretarlo de una manera totalmente distinta a la mía. Sólo lo dejo caer como crítica constructiva.

El segundo fue el de Betunizer (sí, nos mola mucho Guerrero, pero sin mariconadas), el 19 de febrero en Moby Dick, y aquí sí que hay que destacar la actuación de los teloneros Juventud Juché. Espléndidos, contundentes, afiladísimos y totalmente convincentes. Sólo algo estáticos en momentos instrumentales que piden más movimiento sobre las tablas, quizá. En su turno, Betunizer desplegaron lo mejor de su último disco, «Gran Veta», pero curiosamente aquí el repertorio sí fue algo más popular, recordando hitazos de «Boogalizer» como «Imagina que matas a Jota». Qué oficio, amigos, el del trío. El bajo quedó preñado ante las arremetidas de la cadera de su dueño Pablo Peiró, la batería sonó mucho más compacta que la sala Nasti hace unos meses (qué decir de Marcos Junquera, seguramente el mejor batería del país), y Guerrero se portó como un mercenario de la electricidad, descargando los temas uno tras otro con una garra y una solvencia admirable. Aquí la pega se la pongo al público y su incomprensible falta de sangre… casi todo el mundo estuvo paradísimo y dejó un hueco de varios metros con respecto al escenario, como si hubiera timidez o alguna chorrada así. «Qué pasa, estamos en Barcelona o qué?», se lamentó Guerrero.
(no tenemos imágenes del bolo, así que os ofrecemos este vídeo de su reciente actuación en… ¡Nueva York!)

El tercero, el de Los Wallas en Costello el 21 de febrero, fue una juergaza de padre y muy señor mío. Presentaban el exuberante single «Otro Color», en el que -como ya os comentamos en su momento-, ejecutan un salto cualitativo impresionante. Por allí estaba media escena garajera madrileña: Los Nastys, sus hermanos The Parrots… todos arropando al cuarteto liderado por el cantante y guitarrista Juan, un tío carismático arriba y debajo del escenario. Todos los miembros de la banda estuvieron geniales, con especial mención al bajista, realmente soberbio. La pega, pequeña, sería que el single, que en disco es un jodido pasote, aún no suena tan alucinantemente bien en directo, le falta un poquito más de rodaje. Pero por lo demás, un bolo de sobresaliente, con todo el público armando la marimorena al ritmo de «La Playa» (¡qué joya!) y de la versión del totémico «Pushin’ too hard» de los Seeds, «Demasiada Presión» (no sin antes relatar su «secuestro» de Sky Saxon hace unos años en su visita a Madrid). Divertidísimo y con calidad, mucha calidad, y con un post-concierto de lo más cachondo en la furgo de su «roadie» para la ocasión, y después en un cochambroso piso del centro donde ya ocurrió de todo…
(de esto tampoco tenemos imágenes… perdonadnos amigos. A cambio, este «La Playa» en Siroco también nos vale, ¿no?)

novedaY llegamos al momento de Novedades Carminha el pasado 28 de marzo en la sala But, un conciertazo de aúpa. Los gallegos están en ese punto en el que están dejando de sonar a grupo de garaje-punk y más a banda de pop-rock de los buenas, de las de antes, pero sin perder noveun ápice de molonidad callejera. En la sala But les telonearon Terrier (que no los vimos, tocaron prontísimo), y Los Nastys, que se zamparon el escenario con sus jitazos y dejaron una profunda huella a los que no los habían visto nunca, si bien crearon alguna bola de ruido que, bueno, no importó demasiado en el fondo. Novedades Carminha salieron a las tablas casi como unos rock stars, muy aclamados, y con muchas ganas del público por escuchar el fantástico «Juventud Infinita», en el que han combinado minimalismo y apertura de miras de un modo estupendo. «Quiero verte bailar», «Antigua pero moderna», el ya clásico «Jódete y baila» y la propia «Juventud Infinita» fueron algunas de las canciones más bailoteadas por una audiencia muy joven en la que había mogollón de chicas, tantas que al trío gallego no le resultó difícil hacerlas subir al escenario para compartir el final del bolo, apoteósico, con el «Demolición» de Los Saicos a todo trapo. Estos tíos van a seguir creciendo mucho, ya lo veréis.

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