Entrevista con DANILO PÉREZ: «La música debe servir a la transformación y mejora de la sociedad»

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DANILO-523x289Danilo Pérez se estrenó como pianista de Jon Hendricks, el histriónico vocalista del trío Lambert, Hendricks & Ross, y también de la United Nations Orchestra del trompetista Dizzy Gillespie. Después pasó a protagonizar, junto al saxofonista puertorriqueño David Sánchez, un efectivo asalto al jazz latino, cuyo siguiente paso fue la grabación del disco “Panamonk”. Dieciocho años después de aquello, y tras formar junto a Wayne Shorter y grabar álbumes como “Motherland” o “Across the Crystal Sea”, Danilo ha regresado a Madrid para dar dos conciertos en la sala Clamores, el primero ayer domingo, y el segundo este lunes 10. Y lo hace acompañado de tres socios –Adam Cruz en la batería, Ben Street en el contrabajo, y Roni Eytan en la armónica-, que entienden a la perfección que la aventura es uno de los ingredientes esenciales del disco que viene a presentar, “Panamá 500”, y, en general, de la música. “Sin aventura, de hecho, no hay música”, confirma Danilo. “Y tampoco la hay sin el compromiso de utilizarla más tarde como una herramienta al servicio de la transformación y mejora de nuestra sociedad”.

¿Con qué se encontrarán quienes acudan a su concierto en Madrid? ¿Qué es, en síntesis, “Panamá 500”?
Esencialmente, es un viaje musical que relata la historia de los 500 años desde que Núñez de Balboa se encontró con el Mar del Sur. Es una mezcla musical de jazz influenciado por el clasicismo y la música popular de Panamá.

DANILO¿No le tienta extender su mirada al flamenco y trabajar alguna vez con un músico español?
Grabé hace algunos años, junto al guitarrista Gerardo Núñez, un disco llamado “Calima”. Desde entonces tengo una especie de deuda con ustedes. Me encantaría hacer algo con Estrella Morente. Su voz me fascina y tengo la sensación, además, de que la colaboración sería muy del agrado de su padre.

¿Puede explicar el concepto de jazz panamericano?
Para mí radica en utilizar el jazz como una plataforma sobre la que, después, llevar a cabo una mezcla de folklore, ritmos latinoamericanos y blues de una manera orgánica y creativa. En mi caso concreto, utilizo el acervo panameño como referencia fundamental, debido a la riqueza biomusical que nos proporciona nuestra ubicación geográfica.

¿Cómo el bebop, también la inspiración latina ha vuelto a ser un lenguaje dominante entre los músicos de jazz actuales?
Ciertamente. No obstante, Dizzy Gillespie y Mario Bauzá ya consiguieron materializar esta hazaña hace muchos años.

Son varias las ocasiones en las que se le ha podido ver en España al frente de su grupo, y también en el cuarteto de Wayne Shorter e, incluso, en orden de trío junto a Roy Haynes y John Patitucci. Usted trabajó, sin embargo –y ahora lo mencionaba-, con Dizzy Gillespie y también con Jon Hendricks, entre otros. ¿Puede contarnos a grandes rasgos qué recuerdos tiene de aquellos comienzos?
Muchos. De Dizzy recibí enseñanzas de música y de vida. Me encantaba el modo en que utlizaba la música para fusionar culturas, y ejemplo de ello fue la creación de su Orquesta de las Naciones Unidas. La experiencia con Hendricks, fue bien distinta; creo que fue el equivalente a una clase acelerada de la historia del jazz. Fue mucho lo que aprendí sobre Duke Ellington, Monk, Horace Silver, Count Basie, Nat Cole…

Usted dispone de muchísimos premios. El Legacy Awards y la condecoración Vasco Núñez de Balboa son solo algunos. Es, además, embajador Cultural de Panamá. ¿Qué representan los premios en su carrera?
Un enorme incentivo que acepto siempre con absoluta responsabilidad para seguir hacia delante en la vida.

¿Qué es la Fundación Danilo Pérez?
Una organización no gubernamental que acoge a jóvenes y niños con talento musical. La fundación les proporciona una educación musical integral y les ofrece la oportunidad de acogerse a becas con las que estudiar en universidades tan prestigiosas como la Berklee College of Music.

¿Puede contarnos, finalmente, algo acerca de su labor docente en diferentes conservatorios y escuelas de música?
Lo primero que debo decir es que la docencia me ha proporcionado una inspiración humana y musical impagable. Una de las experiencias, de hecho, más enriquecedoras de mi vida ha sido ser director artístico del Berklee Global Jazz Institute. Allí se motiva a los estudiantes para que reflexionen acerca del hecho musical en relación con la responsabilidad que representa utilizar la música como recurso de cambios positivos en la sociedad. El sistema pedagógico utilizado se llama Educación Interconectiva, y, en esencia, viene a ser un resumen de lo que mis padres –que también se dedicaron a la docencia- me enseñaron: utilizar la música para aprender a hablar, del mismo modo que la utilizaron para enseñarme matemáticas, geografías y otras materias.

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