JUNE TABOR «Quercus»

por

quercus3Género: Folk

Sello: ECM

8 /10

En el clónico mundo musical de hoy, June Tabor es lo más. Cuando avanza por el deslizadero de la sesentena, esta cantante mantiene, junto a Maddy Prior, de Steeleye Span, una posición privilegiada en la música popular británica.

El detalle que relaciona su quehacer con el espléndido acervo folclórico de su país, está ilustrado por las gráficas y austeras calidades de su voz de contralto.

Su concepto de la renovación lo sustentan, por el contrario, unos sólidos arreglos modernizantes, la ya habitual asociación con excelentes instrumentistas que cubren la retaguardia de sus lances, y un material creativo que, a menudo, le suministran algunos de los mejores autores contemporáneos de Inglaterra.

Viene al caso el detalle porque June Tabor publica ahora un álbum que, con el título «Quercus«, supone no solo su debut en la prestigiosa fonográfica ECM,  también es el estreno discográfico de este trío homónimo, que reúne a Huw Warren -viejo compañero de June, desde hace más de un cuarto de siglo- en el piano, y al saxofonista Iain Ballamy, cómplice de muy diversas aventuras jazzísticas en los grupos de los bateristas Bill Bruford y Thomas Stronen.Huw Warren June Tabor & Iain Ballamy

«Quercus» es, fundamentalmente, un compendio de canciones cumbres de poesía, todas cantadas al oído y revestidas con el balsámico sonido de un trío de jazz de cámara. En «Lassie lie near me» y «All I ask of you», piezas que, respectivamente, abren y cierran el disco, June Tabor utiliza la voz como si de una prolongación de su interioridad creativa se tratase. Todo lo que hace tiene un sello universal, intemporal, como Juliette Greco, como Edith Piaff. Y llegan en el núcleo del disco «The lads in their hundreds» y «Come away death» y June acaricia el sentido de las palabras de A.E. Housman y Shakespeare, con vigor y con delicadeza.

El piano de Huw Warren es otra de las claves. En la tradicional «As I roved out» revela un profundo color otoñal que, por otra parte, es extensible al resto del temario y que llena de sustancia e ideas todas sus intervenciones. E idéntico juicio merece Iain Ballamy, que, cuando interviene en ese estándar del jazz de Mack Gordon, «This is always», da brillo y proporciona una respiración y una personalidad nueva a la canción.

No es cierto, como afirman algunos malpensados, que June Tabor haya estado naufragando los diez últimos años, pero sí verdaderamente escondida. Los discos publicados en este tiempo -algunos de ellos, como «Ashore», realmente hermosos- no disponían de gran visibilidad. Firmar contrato con ECM resuelve el problema. Todo un acierto. Gran disco.

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