Género: Pop-Rock, Psicodelia
Sello: Marxophone
7/10
Muchísimo ha ganado en profundidad la banda de Martí Perarnu (ex Underwater Tea Party) y sus compis ex Sunday Drivers, en este segundo trabajo. Más intensos y convincentes, han firmado una estupenda obra pop de altos vuelos.
Estar muy basado en los teclados da un carácter especial a este disco en el que, por otro lado, las guitarras salen muy airosas de su condición de elemento casi de aderezo, dando con verdaderos hallazgos sónicos en su búsqueda de hueco. Martí Perarnau es sin duda una singularidad como cantante, lo que provoca reacciones encontradas en el público, pero aquí suena ajustado a las circunstancias, desacomplejado, y con un interesante puntito Iván Ferreiro en momentos de mayor desgarro. Definitivamente, si el gallego hubiera hecho este disco como parte de una “etapa psicodélica” casi todos hablarían de obra maestra. Peeero…
Realmente hay instantes de talento abrumador, como la enorme “En la base de la montaña” y su acidez en ese interludio con magníficos teclados que recuerdan a los Ultimate Spinach de “Behold & See”. Se trata, en resumidas cuentas, de un muy buen disco con muy buenas canciones. Algunas funcionan mejor (la Beck-iana “Sal de la tierra” con su tremendo tramo final, o la luminosidad de “Como si no hubiera mañana”), otras peor (la combinación de blues y ritmos ochenteros en “El Lustroso Alarido” queda algo forzada, y la discotequera “La larga risa del Emperador” no está mal pero desentona en el disco), y aunque se olisquean efluvios indies que bordean el ejercicio de estilo (a mi parecer un ejemplo es «Motores», aunque curiosamente es la que más ha gustado por ahí), este “Apocalipsis según Mucho» transmite que cada vez buscan más dentro de sí mismos. A lo mejor les queda algo de recorrido, pero sin duda van por el buen camino.
