AC/DC «Live at River Plate»

por

Género: Rock

Sello: Columbia – Sony

9/10

La legendaria banda australiana publica el tercer directo de su carrera. Rock’n’Roll por vena, fiel testigo de lo que fue la gira “Black Ice”(2009-10), de la que disfrutamos en varios puntos de nuestra geografía, baste recordar aquel monumental baño de luz y sonido que nos pegamos en el Palacio de los Deportes de la capital, el 2 abril de 2009.

Aquel inolvidable aquelarre superó con creces a sus celebradas descargas posteriores en los estadios Vicente Calderón de Madrid, Olímpico ‘Lluis Companys’ de Montjuic (Barcelona) y ‘Catedral’ de San Mamés (Bilbao), recitales en loor de multitudes. Este nuevo directo se grabó en el estadio del River Plate de Buenos Aires en diciembre de 2009, cuando más de 200.000 personas agotaron las entradas de tres noches de conciertos después de una ausencia de 13 años de los escenarios argentinos. “Live At River Plate” refleja grandeza, energía y excitación del mítico hacer de AC/DC, con un sonido tremebundo que nos traslada al mismo epicentro del seísmo rockero. Esta última grabación en directo de la banda es la crónica de la gira “Black Ice World Tour”, a la que acudieron más de cinco millones de personas de 108 ciudades de 28 países.

Cerca de la jubilación, los titanes del rock duro vuelven por sus fueros con un álbum que es pura dinamita. Tópicos aparte, los numerosos fans de los hermanos Young y compañía se relamerán como perros en celo ante un plástico que es un auténtico trallazo de rock’n’roll en estado puro, diecinueve canciones para la posteridad (quince clásicos con mayúsculas y cuatro perlas de ‘hielo negro’: “Rock’n’roll Train”, “Big Jack”, “Black Ice” más la tremebunda “War machine”). Que más se puede añadir de un plástico que hará historia, el primer directo de AC/DC en veinte años tras su exitoso “Live”(92) en Donington Park.

Diamantes para la eternidad como “Hell ain’t a bad place to be”, “Back in Black”, “Dirty deeds done dirt cheap”, “Shot down in flames”, “Thunderstruck”, “The Jack”, “Hell bells” (en el CD1) y “Shoot to thrill”, “Dog eat dog”, “You shook me all night long”, “T.N.T”, “Whole lotta Rosie”, “Let there be rock”, “Highway to hell”, “For those about to ROCK” (en el CD2) brillarán por siempre, tañendo las campanas del averno en nuestros oídos. Pura delicia y puras endorfinas para lidiar en este tiempo triste y gris de recortes a tutiplén. El desmantelamiento del estado del bienestar sigue su curso mientras nos lanzamos a tumba abierta por la autopista del infierno. Es sólo rock’n’roll pero me gusta.

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