LYNYRD SKYNYRD «Last of a Dyin’ Breed»

por

Género: Southern Rock-Blues

Sello: Roadrunner / Warner

9/10

Los legendarios estandartes del rock sureño vuelven por sus fueros con un álbum que es pura trilita, combustible para alimentar un mito que perdura desde 1973, y que ahora se presenta como blues-rock líquido, verdadero oro negro para nuestro castigados oídos.

Pese a los avatares de la existencia y las modas caprichosas, Lynyrd Skynyrd se muestran como duros fajadores antes los tremendos golpes de la vida, como el accidente de aviación donde perdieron la vida el cantante, Ronnie Van Zant, el guitarrista, Steve Gaines, la corista Cassie Gaines y el mánager Dan Kilpatrick.

En ese sentido, nuestros protagonistas son sinónimo de fatalidad, pues suman una increíble nómina de ocho ex miembros de la banda que se fueron al otro barrio. Amén de los citados, cabe destacar: Alen Collins -guitarrista- fallecido en  1990, Leon Wilkeson -bajista- encontrado muerto en 2001, Billy Powell -teclista- y Ean Evans -bajista- ambos fallecidos en 2009, y es que el ‘rock’n’roll way of life’ les ha pasado una dura, comprensible e inmerecida factura.

Desde su resurrección a principios de los noventa han publicado siete álbumes repletos de ritmo y blues. Ahora se descuelgan con este “Last of a dyin’ breed”, combinando rock sureño de toda la vida, como la pieza que da título al álbum, con otras asonadas que son pura dinamita: “Nothing comes easy”, “Homegrown”, “Poor man’s dream”, “Do it up right”, “Sad song”, destilando un hard-rock de exquisita factura y hasta blues pantanoso (como las maravillosas “Mississippi blood” y “Start livin’ life again”) en una maravillosa alquimia que regala rock’n’roll electrizante a manos llenas. Este álbum hará relamerse a sus fans más acérrimos y sin duda, sumarán nuevos adeptos a la causa.

Con hits como “One day at time”, “Good teacher”, “Life’s twisted” (la vida es retorcida) y perlas cultivadas en forma de preciosas baladas: “Ready to fly”, “Something to live for”, “Honey hole”, el camino es más llevadero, hay algo por lo que vivir. Lynyrd Skynyrd, los últimos de una estirpe aparte, sureños de pura raza.

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