Género: Folk-Electrónica
Sello: Because Music
PUNTUACIÓN: 5,75
Igual que el término “democracia” ya es irrecuperable, ha perdido validez por haber sido despojado de toda verdad, sustraído a sus dueños, hay palabras en la cosa musical que deberían dejar de usarse, si no se van a usar bien. En este disco no hay “psicodelia”, etiqueta empleada en algunas críticas de este disco, que nos han llevado a un chasco tremebundo.
Cuatro ruiditos siderales y sonidos sincopados por aquí y allá no hacen psicodélica una obra como esta, carente de la menor acidez en atmósferas, sin mayor atisbo de viaje que unos meros loops sintéticos que no llevan a ninguna parte.
Dada nuestra opinión -con desbarre político incluido, lo reconocemos- sobre ese aspecto, hay que decir que el debut de esta banda no es espantoso, de hecho hay ideas que lucen bien (los fraseos de “Storm”) y todo tiende a “parecer” extraño, diferente, pero ni sus melodías alcanzan un grado de brillantez que te remueva en el asiento, ni sus esquemas, repetitivos, dan para demasiados halagos. Salvando un par de temas realmente inspirados -“Firewater” y “Life’s a beach”-, nos encontramos con una sucesión de cortes inundados de efectos y overdubs que, francamente, en desnudo serían una birria.
“Default” y “Zumm Zumm” son resultonas pero no es más que electrónica banal, ver en “Wor” una ingeniosa actualización del rockabilly es como para partirse de risa y el resto del álbum transcurre con una linealidad excusada por armonías vocales presuntamente geniales que, con un fugaz repaso a la historia de la música se revelan más que superadas (“Waveforms”, Hand of Man”), en composiciones donde lo creativo está en lo accesorio, que no parecen querer emocionar sino buscar algo hypioso (si es que puede emplearse este término). Por ningún lado se aprecia un alma manifestándose y tocándote en tu yo interior, que es, por cierto, lo que significa psicodelia.
