GARBAGE: «Cuando salieron los White Stripes, supimos que estábamos jodidos»

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Entrevista publicada por Nacho Serrano en El Cultural de ABC, el pasado sábado 12 de mayo.

«Cuando vimos a los White Stripes por la tele, supimos que estábamos jodidos». Rotunda, con la misma claridad y falta de complejos con que narra sus experiencias de automutilación adolescente, Shirley Manson explica cómo fue el momento en que tanto ella como sus tres socios, los exitosos productores Butch Vig, Steve Marker y Duke Erikson comprendieron que el furor por Garbage tenía las horas contadas. El rock hiper-producido que alumbraron a mediados de los 90 había pasado de moda en menos de un lustro. Ahí estaban también los Strokes y los Arctic Monkeys para atestiguarlo. Y aunque parece que el signo de los tiempos rockeros sigue sin cambiar a tenor de las pasiones que desatan grupos como los Black Keys o los Foo Fighters -por no volver a mencionar a White y su debut en solitario-, ellos han decidido regresar.

Manson recibe en el Hotel Petit Palace de Madrid para presentar «Not your kind of people», flamante nuevo trabajo del cuarteto (15 de mayo en las tiendas). Guapísima a pesar del exceso de maquillaje. Esbelta como en sus mejores tiempos. Con una mirada reluciente. Una cuarentona de miedo. Pero nada de fotos. Su elocuencia y cordialidad compensa el plantón gráfico, sin embargo. «Vimos nuestro fin en cuestión de segundos -ríe recordando la terrible escucha de los Stripes-. Tras el éxito de nuestros dos primeros discos, nos tocó retirarnos a un segundo plano. Así son las cosas, hay ciclos y no se puede hacer nada contra ellos. Cuando publicamos nuestro tercer disco, el clima musical había cambiado por completo. Surgió un gran movimiento que se dirigía hacia un sonido totalmente opuesto, que además estaba integrado por músicos jóvenes que odiaban el mainstream. Y Garbage era puro mainstream. Nos desafiaron, aceptamos el desafío, continuamos y el resultado fue que nos convertimos en una banda irrelevante. No importa lo brillantes que sean tus discos, lo que importa es lo que el público busca en un momento determinado. La razón de nuestro éxito en los 90 fue exactamente la misma, la gente cambió de gustos y le apetecía una mezcla de guitarras con electrónica. Como en todo, en la escena musical hay idas y venidas, es la naturaleza humana».

Tras una última etapa llena de tensiones en el seno del grupo, y siete años de parón discográfico por la permanencia de un paradigma rock ajeno a sus aptitudes, ¿qué podía abrir la puerta a un regreso? «Al pasar tanto tiempo sin vernos nos hemos dado cuenta de muchas cosas… nos queremos mucho», dice Manson. «No queremos volver para recuperar la fama y la gloria, sino porque nos queremos, nos respetamos y nos admiramos. Nos echábamos mucho de menos. Creo que no puede haber mejor punto de partida para que sintiéramos que podíamos hacer algo grande de nuevo, y eso es algo que hemos plasmado en el disco: no hemos pretendido ser quienes no somos, y aún más importante, no hemos pretendido hacernos los listillos, hacer como que sabemos algo que los demás no saben. Sólo nos bastó con ser los Garbage de siempre. Cuando llegamos a esa conclusión, sentimos una gran liberación de estrés. Si en todo este tiempo nadie ha sonado como nosotros, ¿por qué no hacer un álbum que suene a nosotros? Por otro lado, como somos conscientes de que nuestros días de gloria no van a volver, no tenemos nada que perder».

«Quienes han oído el disco nos dicen que no esperaban esta felicidad de nosotros»

La energía positiva que desprende «Not your kind of people», totalmente antagónica a la dramática oscuridad de sus primeros trabajos, deja de ser un misterio al mantener una charla con la simpática Shirley. «Todo el que lo ha oído nos dice que no esperaba esta felicidad de nosotros. Y en lo que a mí respecta, admito que he pasado por un cambio importantísimo a nivel anímico y de seguridad en mí misma. Cuando era joven era muy tímida, nunca me veía lo suficientemente guapa, ni lo suficientemente delgada, ni lo suficientemente talentosa. Me he castigado a mí misma toda la vida, desde que soy una adolescente he estado autolesionándome psicológicamente, incluso llegué a hacerlo físicamente. Siempre me he atormentado sin ningún sentido. Pero cuando hace cinco años murió mi madre, algo cambió. Me dije: «¡Para de una vez, estúpida! No pierdas tu tiempo aquí. Podría ser maravilloso si disfrutaras de lo que amas sin tener que autojustificarte constantemente». Y fue como si entrara en otro cuerpo. Desde entonces soy suficiente para mí misma. Ya no me interesa saber cómo me ve la gente, he acabado con eso», asegura. El último tema del disco, una especie de canción de cuna con una letra llena de esperanza y ánimo, refleja esta revelación. «Es cierto -confirma Manson-, en esa letra transmito lo que considero que puede ser mi rol actual como mujer. Creo que la vida que he tenido, las experiencias por las que he pasado, me permiten sentirme preparada para jugar el papel de madre protectora para los que están pasando por algo así y conectan con nuestra música».

Su epifanía personal se antoja fundamental para la publicación de «Not your kind of people», pues no sólo la ayudó a aceptar a Shirley Manson tal como es, sino también a Garbage. «Durante estos cinco años desde que murió mi madre, he estado echando la vista atrás dándome cuenta de que realmente sí hicimos algo que influyó en el proceso evolutivo del rock de los 90. Ahora me siento privilegiada por poder decirlo, pero en nuestros comienzos yo no daba un duro por la banda. Ni uno sólo, de verdad, pensaba que estábamos condenados al fracaso. Nunca entendí por qué tuvimos tanto éxito, hasta hace exactamente cinco años».

El nuevo perfume de Manson huele a confianza, seguridad, aplomo, cierta chulería bien medida. Y sin embargo, ya despidiéndose para afrontar la siguiente entrevista, la recia front-woman desvela algunas precauciones para su presentación en España por todo lo alto, como cabezas de cartel de la jornada de clausura del Festival Bilbao BBK. «Nos gustaría presentar el nuevo disco de arriba a abajo, pero no tocaremos todas sus canciones ni mucho menos, porque la gente aún no habrá tenido demasiado tiempo para escucharlo y puede ser un poco frío para un regreso después de tanto tiempo. Tocaremos cuatro como mucho, o puede que sólo una, si el recibimiento no es muy caluroso. Algunas audiencias son muy abiertas a todo, otras son muy específicas con lo que quieren oír de cada banda. Ellos son responsables de al menos un 50 por ciento del éxito o el fracaso de un concierto».

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