NIÑOS MUTANTES: “Había miedo de no estar a la altura”

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Jóvenes, pero sobradamente veteranos de la ahora boyante escena independiente granadina, Niños Mutantes regresan a los escenarios con nuevo disco bajo el brazo, “Náufragos”, un título con implícita esperanza de supervivencia en mitad de una tormenta que aún no ha amainado, ni mucho menos (hoy lo presentan en Joy Eslava, entradas AQUÍ). “Cuando vimos que Serrat y Sabina titulaban el suyo “La orquesta del Titanic” nos hizo gracia, pero también es una casualidad normal, un reflejo de que estamos todos buscando flotadores”, dice Juan Alberto Martínez (voz).
“El náufrago es el que ha sobrevivido, el que ha capeado el temporal, y trasladar eso a la música ha sido el primer reto de este disco” asegura Andrés López (guitarra). Tal y como explica Martínez, a los Niños Mutantes no les apetecía “hacer música oscura y atormentada. Con la que esta cayendo, no queríamos encerrarnos en el local para hacer canciones tristes. Viendo las catástrofes que nos rodean, y algunas que hemos vivido en persona, nos apetecía crear música luminosa. Nosotros antes éramos muy de cortarnos las venas, nos daba reparo hacer música alegre, nos parecía que era superficial y vacía, preferíamos lanzar mensajes intensos. Con “Náufragos” el reto era hacer música luminosa sin decir tonterías, y también sin hacer escapismo. Plantando cara a la basura que tanto nos rodea últimamente”.

El segundo reto fue, como comenta Andrés López (guitarra), “superar el disco anterior, que funcionó muy bien y nos dejó muy satisfechos. Había miedo de no estar a la altura”. Sin embargo, si hay otro mensaje en “Náufragos”, es no mires atrás. “Varias canciones transmiten que tenemos intención de hacer borrón y cuenta nueva –dice Martínez-. Y eso se traslada a nuestro grupo y también a la sociedad y la manera en que se organiza, que claramente necesita una renovación”. “Un reseteo es lo que hace falta, un cambio total”, añade López.

Lo que sí ha cambiado es la escena “indie” que les vio nacer. “Sí”, concede Martínez. “El rollo independiente en ha dejado de ser un cortijo de unos pocos, veinte personas por ciudad, con verdadera vocación sectaria, que miraba al resto del mundo con aires de superioridad. Afortunadamente esto ha cambiado totalmente”. López remata con otro punto de vista: “Yo creo que la escena indie no ha cambiado, se ha diluido. La diferencia entre mainstream e indie no existe, es ilusoria. No hay etiquetas, hay música buena o mala. Hay gente que le gusta Vetusta Morla y Fito y los Fitipaldis”.

(entrevista publicada por Nacho Serrano en Diario ABC)

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