Crítica – ALIS «Material de disección»

por

Sello: BMG

Género: Pop

PUNTUACIÓN: 6,5

Introduces en el reproductor de CD’s el nuevo disco de Alis con expectativas. Ya sea por las inmejorables referencias que recibes del inmediato pasado del grupo. Por tu entorno, que se entusiasma con la publicación del cuarto trabajo del grupo jienense. Por su éxito en las listas de música alternativa, en las que ha llegado a dominar el cotarro en itunes con loables iniciativas como las de regalar el disco a todo aquel que acuda a sus conciertos con el resguardo de descarga digital en mano. Por los músicos que se han acercado al proyecto. Porque la producción corre a cargo de Suso Saiz (Los Planetas, Iván Ferreiro, Diego Vasallo) y porque de esa probeta no puede surgir un experimento malogrado, te dices. Y sin, embargo, a la mitad del disco estás pensando en qué habrá en la nevera, o a qué hora has quedado. Mal asunto, pienso. Vamos a darle otra vuelta. Y en el segundo intento tus tripas rugen, pero de hambre, y tu mente está puesta más en un sándwich que en lo que –a estas alturas- ya oyes y no escuchas mientras rebuscas en el armario una camiseta sin demasiadas arrugas.

Y lo cierto es que el disco, si queda deslucido, se debe a un motivo muy simple. Le falta adherencia, nervio, enganche. El esfuerzo por ofrecer una música distintiva a través de un sonido evocador de lo cotidiano, rico en matices, fracasa en parte por el exceso de calidez del producto en su conjunto. Rebosa un intimismo que aletarga, especialmente en la composición de unas letras tan bizarras que terminan por resultar gastadas y aún frívolas.

“Material de disección” desprende calor pero carece de llama. Que no se persiga el fragor no supone que haya que disparar con balas de fogueo en las prometedoras pero finalmente fallidas “El Alumno Oyente” y “Canción Popular”. No me refiero a elevar el volumen de decibelios o de meterle un par de amplis extra al estudio, no, sino de acoplar los tonos adecuadamente para que voz, letra e instrumentación se dirijan en la misma dirección: el corazón del incauto que se ha gastado sus buenos leuros esperando una dosis de emoción enlatada.

El tono monocorde del vocalista –y principal compositor de Alis- Pachi García sólo reverbera para caer a menudo en la desgraciadamente muy pródiga corriente de los vocalistas laxos, aquellos incapaces de mantener la horizontal de sus labios a la hora de finalizar una frase dulce. Esa tendencia que sustituye la elección –y la reflexión sobre lo que se canta y qué tonos vocales se adecúan mejor en cada instante- por la moda de lo común. Tiene bemoles que esto ocurra en la mal llamada música independiente, cada vez más un rebaño cualquiera en ciertos aspectos tanto musicales como estéticos.

No seamos, no obstante, tan viscerales. El disco no es redondo, pero alberga momentos lúcidos en todos sus cortes. La morbidez vocal se ve auxiliada por unos coros que cumplen. Los arreglos son notables, con ligazones pegadizas y hallazgos en las guitarras. Algunas letras sí encajan en composiciones realmente logradas que, si bien no traspasan, dejarán un moratón emocional en los espíritus más sensibles. Si desechamos lo superfluo y nos quedamos con la canción que abre el álbum, “Viaje en Zeppelin”, el estribillo de “Simulacro” o el sonido esbelto de las guitarras en “Boomerang”, podemos concluir que «Material de Disección» gustará sin duda a los ya seducidos por anteriores obras de Alis, pero difícilmente ampliará la nómina de seguidores de la banda.

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