Vaya si acertamos, recomendando el concierto de The Legendary Shack Shakers en Gruta77 en nuestra agenda… fue un bolo inenarrable, con una calidad instrumental demoledora a la (enorme) altura escénica del show de los de Nashville, que es toda una experiencia. No desgranaremos aquí una crónica al uso, pues nos fuimos para allá sin cámara ni acreditación (por un problema con el mail, todo sea dicho.. el gran Diego RJ no nos iba a dejar tirados), exclusivamente a disfrutar, vaya. Y pagamos muy a gusto los 20 euracos, oyendo alguna queja por ahí eso sí. Pero una vez dentro, madre del amor hermoso. Blues, country, rockabilly, npsychobilly, cowpunk… todo lo tocado por este sensacional cuarteto fue una absoluta maravilla, ejecutada con precisión, contundencia y una entrega envidiable, especialmente por parte del baterista Brett Whitacre y el cantante, el genial Colonel J.D. Wilkes, una suerte de engendro entre Iggy Pop y Jim Carrey. No se equivocaba ni exageraba el gran Jello Biafra cuando aseguró que se trata del último gran frontman del rock’n’roll. Hacer lo que él hace en el escenario, sin que quede pretencioso ni excesivo, sino que al contrario, desate la adrenalina y el aullido en el público, está sólo al alcance de los más grandes. “Swampblood” (¡qué armónica!) e “Ichabod” fueron algunos de los temas más celebrados de una noche que quedará para siempre en la memoria de un servidor. La próxima vez no os los perdáis ni locos.
La noche sólo tuvo una pega: no sabemos por qué, pero los Donald Reagans, que iban a actuar de teloneros, no aparecieron por allí.
